Ella
No te equivoques. Ella “no es de las que
te pueden hacer feliz”. Ella es LA que te lo va a hacer. Ella es la que con una
mirada es capaz de recitarte la biblia en verso barroco y sin embargo lo
entenderías todo a la perfección. Ella es el rizo dentro del rizo. El
sacapuntas no del lápiz, sino de la mina. La guinda del pastel. La gota del
rocío en esa flor que está de foto. El viento que hace que vuele la cometa. La
escarcha del botellín de la cerveza. La forma geométrica perfecta del copo de
nieve que te ha caído por casualidad en la palma de la mano.
Ella es el café de las mañanas y el
gin-tonic del viernes después de trabajar. La luz en la oscuridad y la tiniebla
en el día más soleado.
No lo dudes ni un segundo: ella es el
sueño de cualquier mortal.
Lo mejor de todo es que es fácil
encontrarla. Suele estar en el autobús de las once, o en el metro de las ocho.
En la sala de espera del médico o en el parque corriendo. Puede estar en la
oficina hasta las tantas de la noche acabando lo que nadie ha acabado, o
empezando lo que nadie se atreve. La puedes encontrar en la farmacia, en
cualquier restaurante de comida basura o en la calzada, con el coche en doble
fila cambiando una rueda.
En realidad no importa mucho donde estés,
porque la encontrarás. Te lo puedo asegurar. Y será quien menos te lo esperes.
La vecina del quinto, tu madre, abuela o tía. Tu profesora de inglés del
instituto, la novia de tu mejor amigo o aquella niña con la que te peleabas
constantemente en el cole y, ahora igual que tú, ya no es tan niña. Te aseguro
que un día te verás reflejada en ella, en tu ejemplo de mujer, de persona y de
ser humano. Le mirarás a los ojos y no entenderás de dónde es capaz de sacar
esa fuerza que aplasta tanques. Y tampoco cómo lo hace para tener disponibilidad
24h cada vez que alguien le pide un consejo.
Un día comprenderás que el ejemplo a
seguir es ella. Y que está en todas partes.
Porque mires hacia donde mires el mundo
está habitado por mujeres maravillosas. Mujeres que intuyen problemas y evitan
catástrofes. Mujeres que mantienen una lucha constante contra esa parte de
sociedad que aún no se ha dado cuenta quién tiene el poder, quién da la vida,
quien se crea y recrea a pesar de todas las trabas que la historia nos ha
puesto y que, a día de hoy, aún nos seguimos encontrando en algunos sitios.
Pero no importa. ¿Sabéis por qué? Porque
ella estará luchando al pie del cañón con paciencia y perseverancia, con su
astucia y su sexto sentido. Y ¿sabéis lo mejor de todo? Es que ella, ese
ejemplo a seguir, ese modelo de persona, eres tú, tú, tú y somos todas
nosotras. Y es que hay veces que se nos olvida.
La Tercera Gracia
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